¿Cuántas
veces nos alejamos de las personas que amamos y comenzamos a añorarlas o
extrañarlas?
Esto es debido a que sufrimos por la
ausencia, la privación de esos seres tan queridos. Ignoramos lo que les sucede.
Habituados a conocerlos en el pasado; se vuelven extraños a nuestros ojos.
La palabra añorar viene del latín ignorare;
significa no saber, no conocer (i, in= no, gnoscere saber). Nos volvemos
ignorantes del mundo que solíamos conocer. Esa persona se convierte en un extraño
para nosotros.
Añorar es, pues, un sinónimo de extrañar.
Ambas palabras se refieren al dolor que causa el ver como un extraño o ajeno a nosotros, a la persona que una vez quisimos tanto... y entonces, sufrimos de
nostalgia (dolor (algia) ocasionado por el deseo de regresar (nosto) a vivir como
en el pasado. Así como Odiseo, quien padeció, durante 20 años, de nostalgia;
añorando a su adorada Penélope; sin saber qué habría sido de su amada durante
su larga ausencia.
Odiseo y Penélope
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