Adivinación en la Antigua China.
¿Quién no ha deseado conocer su
futuro? Existen muchas formas[1]de
averiguar qué nos depara el DESTINO.
Todas los pueblos han intentado
adivinar el futuro. En la antigüedad, la adivinación se practicaba con fines bélicos,
agrícolas, médicos, amorosos, sociales y rituales. Para los chinos antiguos, la realidad estaba tejida por una red invisible
de causalidades. Se pensaba que el universo, a traves de símbolos, se
comunicaba con el hombre, con el fin de proporcionarle el conocimiento del
porvenir, pues la naturaleza funciona como espejo del cielo; de ahí el famoso
dicho de “ así arriba como abajo”. La realeza antigua china era la única que
podía practicar los ritos de adivinación, pues pudieron desarrollar la
contemplacion meditativa y naturalista, y se convirtieron en el medio de
comunicación del universo. Fue
especialmente en la tradición taoísta[2]
donde la contemplación de la naturaleza alcanzó su máximo esplendor.
En un principio (3000 a. C.), el
adivino o chamán escribía la fecha, su nombre y la consulta hecha en un hueso o
caparazón de tortuga; luego le untaba sangre; posteriormente se calentaba el hueso
hasta que se fragmentaba; la forma de las grietas o roturas era interpretada
por el adivino para responder a las preguntas realizadas. Generalmente, se
pensaba que eran los antepasados los que ayudaban a despejar las incógnitas. Más
tarde, cambiaron a huesos de buey, y añadieron la respuesta escrita en el
hueso. Se han encontrado más de cien mil “huesos oraculares” que permiten a los
arqueólogos estudiar la escritura china en sus primeras manifestaciones.
Hueso oracular
A partir del primer milenio a.C., los
adivinos comenzaron a utilizar los tallos de la planta aquilea,
mejor conocida como milenrama. Los tallos podían aparecer enteros o cortados
por la mitad. Se formaban figuras de tres rayas, llamados trigramas. Combinando
los ocho tipos diferentes de trigramas podían generarse a su vez sesenta y
cuatro hexagramas. Los adivinos interpretaban dichos hexagramas, siguiendo las
explicaciones contenidas en el Libro de las Mutaciones, mejor conocido
como I Ching (libro adivinatorio, moral, filosófico y cosmogónico).
Su tema es el tiempo, y lo que acontece con él: los cambios, las
transformaciones y las mutaciones. Lo interesante del I Ching es su capacidad
de sintetizar, en tan sólo 64 imágenes o hexagramas, arquetipos tanto internos
como externos que construyen al ser humano –psicológica y socialmente hablando–.
La filosofía del I Ching supone un
universo regido por el principio del cambio y la relación dialéctica entre los
opuestos (yin- yang). La interacción de estos dos elementos
genera todos los cambios que deben interpretarse como el movimiento del Tao. Los
cambios en la vida humana se suceden de manera cíclica, como las estaciones del
año, el día y la noche, las semanas, los meses y los años.
Los
hexagramas representan los “arquetipos cósmicos”, según Carl Gustave Jung,
fundador de la psicología analitica, y simbolizan las situaciones posibles de
la vida humana entre el Cielo y la Tierra. Explican cómo esos dos principios
entran en armonía o en conflicto, y cómo transitan uno hacia el otro,
provocando la transformación.
__________
Ch’ien o el Cielo __________
Hexagrama 1 en el I Ching __________
__________
__________
__________
El primero de los símbolos se denomina Ch´ien o
lo Creativo. Su aspecto es el principio masculino llamado Yang. Su imagen es el
Cielo, y se refiere al proceso engendrador en el cual el Cielo inspira al
hombre noble (correspondiente al héroe clásico) a restablecer la armonía en la
Tierra y conservarla, con ayuda de la Virtud. Convierte al hombre común en un
hombre noble.
___ ___
K’un o la Tierra ___ ___
Hexagrama 2 en el I Ching ___ ___
___ ___
___ ___
___ ___
El segundo se llama K´un o lo Receptivo y su
imagen es el polo contrario de la creación: la Tierra que pare. El símbolo
sugiere una entrega total. El hombre noble debe, pues, entregarse a su destino.
El símbolo K´un está constituido por seis líneas cortadas consideradas Yin, lo
femenino.
El I
Ching plantea al consultor las causas del estado en que se encuentra y lo
que puede hacer al respecto para afrontar sus problemas de manera honorable.
Cada quien toma su decisión final, haciéndose responsable de su propio destino;
lo que resulta paradójico, si recordamos que para hacer una lectura se debe de
lanzar al aire dos monedas, seis veces consecutivas, y trazar las líneas
correspondientes de acuerdo con la forma en que caen las monedas (líneas
enteras o quebradas que dan las distintas imágenes de los hexagramas).
Todos los elementos
utilizados en la consulta oracular están llenos de simbolismo. Las monedas con
las que se logra trazar el hexagrama son circulares porque representan el
principio creativo del yang (Ch'en
o Cielo), mientras que el orificio cuadrado simboliza el principio del yin, el espacio limitado de la Tierra receptiva (K'un). Esto
nos recuerda que el I Ching también
es un libro cosmogónico; es decir, nos relata el origen del mundo.
Todos necesitamos una guía para sobrevivir este caótico
mundo. Algunos acuden a la religion; otros, a la filosofía; otros a la política
y el derecho, pero algunos prefieren acercarse a la magia o consultar su
destino por medios místicos como el Tarot, la quiromancia, o la lectura del I Ching. Confucio mismo decía: “Si el cielo me pudiera dar otros 50 años de vida,
los dedicaría al estudio del I Ching
y quizás entonces aprendería a mantenerme alejado de los problemas”.
Se dice que los chinos inventaron la brújula para
orientarse en el mundo y el Libro de las Mutaciones o I Ching para
orientarse en la vida.
[1] Existe una gran variedad
de adivinaciones. Van desde la lectura del café, los sueños, el vuelo de las
aves, las líneas de la mano, el aire, los espejos, etc., hasta la interpretación
de las entrañas de los seres humanos. ¡!
[2] El Tao es el aspecto
fundamental del universo, orden natural de la existencia, que en realidad no
puede ser nombrado.