15 febrero 2012

La vida sexual entre los egipcios

Conocemos a los griegos y a los romanos como pueblos con un gusto exacerbado por las actividades sexuales. Hasta hace poco tiempo, se creía que los egipcios eran un pueblo sumamente discreto, pero gracias a algunos descubrimientos, sabemos que no lo eran.

       Se han encontrado mensajes sexuales en las tumbas, que eran portales al otro mundo, y en los templos. Su iconografía era críptica, es decir, secreta, por lo que no se les había prestado gran atención en lo que respecta a la historia de su sexualidad. Se expresaban a través de símbolos y no directamente; por ejemplo; la representación del rey disparando un arco y de la reina con una flecha en la mano ayuda a visualizar la energía sexual que hace falta para renacer; ya que disparar y eyacular usan la misma palabra en lengua egipcia. La caja era símbolo de actitudes sexuales, así como las escenas de cacería. Viajar por los pantanos era eufemismo para tener sexo.

                                                       Escena de cacería

        Los egipcios eran discretos en lo concerniente a la actividad sexual humana, pero para la actividad sexual de los dioses, a veces rayaban en la pornografía: en algunas de sus imágenes muestran como Geb, el dios creador que personifica la tierra, se hace una felación a sí mismo. 
 
                                                     Geb, la tierra junto con Nut, el cielo.

        En sakkara se encontraron las llamadas cámaras de Bes, dios del sexo. En ellas se encontraron inscripciones de carácter sexual. Es probable que las parejas con dificultades para embarazarse hayan usado esas cámaras. Bes también era el dios patrón de la música, la danza, el canto, las bebidas embriagantes y la diversión. El sexo estaba ligado a la música y a las bebidas embriagantes. 

                                  Bes, dios del sexo (semejante a Dionisos)

        También se han encontrado registros de las prácticas sexuales de los trabajadores de la construcción en rocas de diversos tamaños, usados como blog de notas en el Valle de los Reyes. Quizá la abstinencia por largos periodos los obligaba a fantasear y representar sus deseos en estas piedras.

        Existe un papiro elaborado en el siglo XVI a. C. conocido como el papiro erótico de Turín, que muestra 12 escenas de sexo explícito. Algunos estudiosos aseguran que es la narración de la visita de un varón a un burdel de la ciudad de Tebas, y que, probablemente, podría ser considerado como una especie de revista pornográfica del antiguo Egipto. Otros, en cambio, aseguran que es la muestra de un acto ritual a través de la sexualidad, para entrar en contacto con el mundo de los dioses, pues de acuerdo con la mitología egipcia, el mundo surge a partir de la masturbación de un hombre, el creador primigenio. 

                                                     Papiro erótico de Turín

El papiro muestra a una civilización rica en lujos y belleza, ya que nos presenta a algunas mujeres (quizá prostitutas), acicalándose, para su encuentro erótico, con pelucas, flores de loto en el cabello, perfumes y maquillaje. Sabemos que el cabello era considerado un elemento erótico entre los egipcios; a pesar de que se rapaban a causa de los piojos, usaban pelucas elaboradas para verse más deseables. La flor de loto, por su parte, servía para narcotizar a las chicas para que estuvieran abiertas a disfrutar del sexo. Estas representaciones sirven como una ventana a la vida diaria de los egipcios.

Nadie sabe con exactitud el verdadero significado del papiro, pero, independientemente de que sea una “ventana”, una “revista” o la muestra de un acto ritual, sabemos que su temática, el sexo, forma parte de la transición entre la vida y la muerte. Cuando uno muere, hay nueva vida. Así que la fertilidad y el nacimiento van de la mano con la muerte.