El verbo latino considerare tuvo su origen en la observación de las estrellas, en la manera en que se reunían por con-stelaciones para compararlas con alguna situación de la que se deseaba conocer el futuro (la preposición latina cum significa en conjunto o juntamente, y la raíz sidus-sideris, estrella, lo mismo que stella-ae). Esto dio lugar a que en el mismo latín clásico, el verbo ya hubiera adquirido el significado de simplemente examinar cuidadosamente un asunto y reflexionar detenidamente sobre él; pues a eso se dedicaban los augures: escudriñaban las estrellas para vaticinar el futuro de su gente.
Sin lugar a dudas, desde la remota antigüedad de las cavernas, los hombres primitivos miraban las estrellas llenos de curiosidad; es decir, con infinito cuidado, tratando de comprender su entorno. Pronto, descubrieron que los cambios climáticos, las inundaciones, las sequías coincidían con una ubicación específica de las estrellas en el cielo; después de todo, no había otra cosa qué hacer. Por lo que la disposición de los astros en el cielo comenzó a cobrar gran importancia en la vida de los seres humanos. Se percataron del papel indispensable del Sol y de la influencia de la luna en las mareas y en otros ciclos de la naturaleza.
Las antiguas civilizaciones comenzaron a observar las estrellas detenidamente con el fin de determinar las relaciones existentes entre los movimientos cósmicos y los sucesos terrenales. Así, antes del tercer milenio a.C., surgió la astrología o astronomía primitiva. Se trataba de una mezcla de religión, ciencia y creencias.
Es probable que Mesopotamia fuera la cuna de la astrología occidental. Los astrólogos se interesaban por vaticinar grandes acontecimientos como guerras, inundaciones y eclipses. De aquí pudo haber pasado a Egipto y a la India, desde donde llegaría a China y al resto de Asia. Hacia el siglo IV a. C., las griegos utilizaron un nuevo método para conocer el destino de los individuos a partir de la fecha de su nacimiento. Incluso Hipócrates, el "Padre de la medicina", utilizaba la astrología para llevar a cabo la recolección de ciertas plantas y para la aplicación de los remedios. Estos conocimientos pasaron a los romanos quienes los esparcieron por su extenso imperio. Durante el Renacimiento, la astrología se separó formalmente de la astronomía.
Actualmente, el vocablo considerar no sólo alude a la reflexión cuidadosa y atenta, sino también al trato respetuoso, atento y cuidadoso que se brinda a los demás.